REGLAS PARA ESCOGER PALABRAS
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OBSTACULIZAN LA LEGIBILIDAD
1. Palabras repetidas
Ejemplo:
En muchas partes del cuerpo como son
las manos, las orejas o los pies, están representados
todos los órganos y partes del cuerpo. Incidiendo
sobre estas zonas se pueden crear arcos reflejos que actúen
directamente sobre cualquier órgano del cuerpo y
que solucionen cualgquier anomalía que exista.
En las manos, las orejas o los pies, se representan todos
los órganos del cuerpo. Incidiendo sobre estas zonas
se pueden crear arcos reflejos que actúen directamente
sobre cualquier punto del organismo y que solucionan cualquier
punto del organismo y que solucionen la anomalía
que exista.
La repetición reiterada de una palabra de significado pleno
(nombre, verbo, adjectivo o adverbio) en un período breve
provoca monotonía y aburrimiento. No importa que
sea una palabra bonita, corta, básica o la central
de un tema; o que la causa de la repetición sea una anáfora,
la especificidad del término usado o la dificultad
de encontrar sinónimos. Los efectos perniciosos son
los mismos y no se excusa de ningún modo.
Ejemplo:
Un tema pel qual estic interessada
és el relacionat amb els efectes que provoca l'alcohol a
nivell intel·lectual.
Estic interessada en els efectes que provoca l'alcohol al
cervell.
Algunas expresiones actuan a menudo como auténticas
muletillas o clichés lingüísticos. Se pueden
utilizar para llenar vacíos o articular una frase coja,
pero demasiadas veces se abusa de ellas sin motivo. He aquí
las principales (las que llevan asterisco no se consideran
correctas):
*a nivel de
*a raíz de
*bajo el punto de vista
* en función de
como muy
de alguna manera
en cualquier caso
de cara a
de entrada
el hecho de que
el acto de
quiero decir que
el proceso de
En general, aportan poco o nulo significado, recargan la
sintaxis y terminan conviertiéndolse en tics repetitivos;
hay que intentar evitarlas.
Subió al árbol para ver el nido de pájaros.
Trepó a la encina para ver el nido de gorriones.
El ruido del aparato nos preocupaba.
La refregadura del limpiaparabrisas nos inquietaba.
Tenemos nombres, verbos y adjetivos, de sentido bastante
genérico, que utilizamos cuando no se nos ocurre
otra palabra más específica. Si se abusa de
ellos, empobrecen la prosa y la vacían de contenido.
Nombres: aspecto, cosa, elemento, hecho, información,
problema, tema...
Verbos: decir, hacer, poner, tener...
Adjectivos: bueno, interesante, positivo...
La escritura de los niños, adolescentes, y también
de bastantes adultos, se caracteriza a menudo por el amplio
uso de hiperónimos, de vocabulario básico
y de palabras que tienen correspondencia formal con otra
lengua de contacto (interferencias léxicas y semánticas),
mientras que los términos más específicos,
más cultos o sin equivalencia en la otra lengua pierden
vitalidad.
El gobierno es el director de la política monetaria
y el inspector de las instituciones financieras.
El gobierno dirige la política monetaria e inspecciona
las instituciones financieras.
Ha habido un incremento en la oferta privada de recursos
de formación desde que aumentó el paro.
La oferta privada de cursos de formación se ha
incrementado desde que aumentó el paro.
Los verbos ser y estar recargan
innecesariamente la frase. Los verbos de predicación
completa son más enérgicos y claros. Otros verbos
débiles que a ceces podemos sustituir son hacer,
encontrar, parecer, llegar a y haber.
Los adverbios de modo terminados en -mente son
propios de registros formales. El estilo coloquial prefiere
adverbios más vivos y breves. Si se abusa de los
adverbios en -mente, se recarga la prosa y se hace
pesada, porque son palabras largas. Por lo tanto, es aconsejable
evitar iniciar un texto o una unidad textual mayor con
un adverbio de este tipo, excepto cunado su función
sea de marcador textual.
Aquí tienes algunas equivalecias breves de adverbios
terminados en -mente:
-
actualmente, modernamente, contemporáneamente:
hoy, ahora, hoy en día
-
antiguamente, anteriormente: antes
-
completamente, definitivamente,
totalmente, plenamente, íntergramente, absolutamente:
del todo, por entero
-
provisionalmente, momentaneamente,
eventualmente: de momento
Señalan los accidentes de la prosa: la estructura
y las conexiones entre frases. Tienen forma de conjunciones,
adverbios o locuciones conjuntivas y son útiles para
ayudar al lector a comprender el texto.
Podemos distinguir diferentes tipos de marcadores textuales:
a) para estructurar el texto:
afectan a un fragmento relativamente extenso del texto
(párrafo, apartado, grupo de oraciones...). Establecen
orden y relaciones significativas entre frases: introducen
el tema del texto (el objectivo principal de, nos
proponemos exponer, este texto trata de); inician
un tema nuevo (con respecto a, per lo que
se refiere a, en cuanto a, en relación con); marcan
orden (en primer lugar, en segundo lugar, en último
término, para empezar, para terminar); distinguen
(por un lado, por otro, por el contrario, en cambio);
continuar sobre el mismo punto (además,
luego, asimismo, así pues, a continuación);
dan detalles (por ejemplo, en particular, como
botón de muestra, a saber); resumen
(en resumen, brevemente, recapitulando, en conjunto);
acaban el texto (en conclusión, para concluir,
para finalizar, en definitiva).
b) para estructurar las ideas:
afectan a fragmentos más breves del texto (oraciones,
frases...) i conectan las ideas entre sí en el interior
de la oración. Son las conjunciones de la gramática
tradicional. Pueden indicar causa (porque,
visto que, a causa de, como, dado que), condición
(a condición de/que, en caso de /que, siempre que, con
tal de), finalidad (para que, a fin de que,
con el objectivo de), oposición (en cambio,
no obstante, ahora bien, por contra, de todas maneras),
objeción (aunque, si bien, a pesar de, por más
que, aun + gerundio).
Los marcadores textuales deben colocarse en las posiciones
importantes del texto (inicio de párrafo o frase),
para que el lector los distinga fácilmente, y pueda
hacerse una idea de la organización del texto. No
hay que abusar de ellos porque pueden atiborrar la prosa
y convertirse en cuñas.
Ejemplo:
El hotel en el cual nos hospedamos era muy caro.
El hotel donde nos hospedamos era muy caro.
Cuando la lengua nos ofrece dos soluciones correctas,
es preferible usar la más llana y popular.
Por ejemplo, en la morfología nominal o en
los relativos, se prefiere la segunda opción
(donde).
3. Palabras cortas y sencillas
A veces la lengua nos permite escojer entre una palabra
usual o una equivalencia más culta y más
extraña. La palabra corriente es a menudo más
corta y ágil y facilita la lectura del texto.
He aquí algunos ejemplos de dobletes, en los que es
preferible la forma de la derecha (el asterisco marca
los vocablos que no aparecen el el DRAE pero que se
usan a menudo):
aproximativo -- aproximado
concomitancia -- semejanza, parecido
concretizar -- concretar
diferenciar -- distingir
disminución -- baja, merma
ejemplificar -- dar ejemplo
explosionar -- explotar
*periodificar -- *periodizar
profundizar -- ahondar
*receptivizar -- recibir
*vehiculizar -- *vehicular
También es preferible evitar arcaismos como antaño,
ergo, al pronto, tengo de, su padre de usted, en
verdad. Con ellos la prosa adquiere un tono
anticuado.
4. Palabras concretas
Ejemplo:
El principal factor de desarrollo de la ciudad
fue el sector industrial.
El principal motor de desarrollo de la ciudad
fue la industria.
La concreción de industria o incluso
la metáfora de motor resultan más
expresivos que los abstractos secotr industrial y
factor.
Las palabras concretas se refieren a objetos o sujetos tangibles;
el lector las puede descifrar fácilmente porque se
hace una clara imagen de ellas asociándolas a la realidad.
En cambio, las palabras abstractas designan conceptos o cualidades
más difusos y suelen abarcar un número mayor
de acepciones. El lector necesita más tiempo y esfuerzo
para captar su sentido: no hay referentes reales y hay que
escoger una acepción apropiada entre las diversas posibles.
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