MODELOS DE TEXTOS
EL PROTOCOLO
 


  • ¿Qué es?

Es un texto escrito altamente especializado en que se relacionan con detalle y siguiendo un orden de prioridad todos los pasos que un especialista de un área concreta debe seguir ante una situación determinada, que se produce habitualmente en su contexto de trabajo.

Volver arriba

  • ¿Para qué sirve?

Sirve para consensuar un mismo proceder ante situaciones habituales dentro de un determinado ámbito de especialidad. Por ejemplo, en el caso de la Medicina, existen unos protocolos en todos los hospitales sobre cómo debe actuar el personal sanitario (médicos y personal de enfermería) ante un paciente que siente dolor.

Volver arriba

  • ¿Cómo se hace?

El protocolo surge de numerosas reuniones entre especialistas y pretende recoger el máximo consenso que sea posible entre las personas implicadas en su redacción. Este tipo de texto es muy especializado, por lo que sus redactores serán especialistas de un área muy concreta, y tendrán siempre presente el objetivo de redactar un texto claro, ordenado y general, que pueda ser el común denominador en toda una serie de situaciones que se repiten con frecuencia en un ámbito laboral concreto. Las pequeñas desviaciones particulares de ese común denominador deberán ser evaluadas en equipo y aprobadas también por todo el equipo de personal que tenga capacidad de decisión ante estos temas.

Es muy importante establecer un correcto orden de prioridades al redactar este tipo de documentos, y a esto nos referíamos antes al decir que el texto debe ser ordenado. Normalmente se tratarán en primer lugar las cuestiones de mayor relevancia según el tema, y en último término las que sean menos importantes.

La unidad de párrafo es fundamental para establecer este orden. Muchas veces los párrafos van numerados para indicar estas jerarquías, pero también se recurre a otras formas de organización del texto, siempre para marcar cuáles son las prioridades y qué elementos se consideran más relevantes. Casi siempre se utilizan las marcas tipográficas para establecer las jerarquías y prioridades en cuanto a los tópicos o temas de los que trata el texto. Muchas veces se utilizan enumeraciones, que serán también ordenadas en función de las prioridades establecidas a criterio de los especialistas.

Los protocolos siempre parten de otros textos, normalmente más generales, que son las medidas básicas que proponen las Administraciones, medidas básicas de actuación en el caso de determinadas situaciones que afectan a estos colectivos profesionales de los que estamos tratando. Por lo tanto, los redactores de los protocolos deberán conocer muy bien las directrices y normativas que provienen de esas Administraciones, y a ser posible, también la forma de trabajar de otros centros del mismo ámbito estatal o bien de otros países.

El consenso en la elaboración de los protocolos es necesario porque las pautas de actuación que en ellos se establecen serán de obligado cumplimiento para el personal que trabaje con ese texto en un determinado centro. Es decir, los protocolos son textos normativos en determinados contextos. Solo podrán hacerse determinadas excepciones a los pasos sugeridos en los protocolos en casos muy especiales, con el acuerdo de todas las personas implicadas, y siempre que esté debidamente justificado por causas mayores.

Evidentemente, cada centro médico o de investigación elabora sus propios protocolos, a partir de unos protocolos generales que parten de las Administraciones competentes, y es obligatorio seguir sus medidas en cada centro concreto. En algunos casos, existen protocolos intercentro, enriquecidos con las experiencias de distintas formas de hacer y distintas perspectivas, cuando se han constituido equipos con personas que trabajan en diferentes organismos.

Normalmente un protocolo es un texto muy esquemático y sintético, muy instructivo y descriptivo, aunque muchas veces combina las estructuras en imperativo con las pasivas o bien con otras construcciones impersonales. De hecho, el protocolo es un texto fundamentalmente impersonal, en el que no se aprecian trazas ni del "yo" redactor ni del "tú" destinatario; es neutro y demodalizado, y también muy conciso. Muchas veces los protocolos son textos muy poco redactados, o en los que no se aprecia apenas redacción alguna (ver ejemplo 2 de este apartado); en estos casos, los elementos lingüísticos utilizados no son otra cosa que enumeraciones de elementos nominales o de nominalizaciones que implican instrucciones.

Bibliografía y vínculos

Volver arriba