L: ¿Che pasa aquí? C: Había una vez un niño que tenía tres amigos: un perro muy bonito, una rana y una tortuga. Y un día a este niño le regalaron pues una caja muy grande y llevaba una etiqueta, y el niño parecía muy contento. Y bueno, pues cuando el niño abrió la caja se dio una gran sorpresa. Todos sus amigos parecían muy contentos, menos la rana, que puso cara de enfadada. El niño vio que en la caja había una ranita pequeña, una ranita muy simpática, que le gustaba mucho al perro y a la tortuga, pero a la rana grande pareció que no le gustaba demasiado, y puso cara de enfadada. Entonces el niño cogió la ranita, y se la presentó a sus amigos: “Mirad, esta va a ser nuestra nueva amiga”. Como decía, el perro y la tortuga estuvieron muy contentos, pero la rana puso cara de_: “Esto no puede ser”. Entonces parece que la rana grande le dijo algo un poco feo a la rana pequeña y los otros dos animales la miraron con cara de decir que_ no acababa de ser muy bueno. El niño, por su parte parecía muy satis- muy satisfecho Pero ¿qué pasó? La rana grande le mordió el anca a la ranita. Evidentemente al niño esto le disgustó mucho, y también le disgustó mucho a su amigo el perro y a su amiga la tortuga. El niño, muy enfadado, riñó a la rana, porque esto no estaba bien hecho, y cogió en su mano a la ranita pequeña, que parecía muy asustada. Su amigo el perro y su amiga tortuga también estaban muy enfadados con la con la rana grande. Y el niño decidió que para olvidarlo, se iban al bosque a jugar. Se puso su gorro, se cogió su espada de madera y fueron todos en comitiva hacia el bosque: el perro primero, y luego la tortuga que llevaba las dos ranas. La rana pequeña parecía muy contenta, pero la rana grande ponía una cara de estar muy enfadada. Y bueno, durante el camino, la tortuga iba andando, muy contenta de llevar a sus dos amigas, y en un descuido, la rana grande echó a la ranita de la tortuga, le dio una patada y se cayó al suelo. Entonces cuando el niño lo vio, se enfadó otra vez, como es lógico, y riñó mucho a su amiga la rana grande. La rana pequeña estaba en el suelo llorando desconsolada, porque no entendía porque la trataba tan mal; y su amigo el perro y la tortuga tampoco estaban muy contentos con la rana grande. Así que el niño, como castigo, decidió dejar a la rana grande sola, esperando a ver si pensaba sobre lo que había hecho y se fue en una balsa que había construido con sus otros tres amigos: el perro, la rana – la rana pequeña – y la tortuga. Y le dijo, a la rana grande: “Quédate aquí y reflexiona sobre lo que has hecho: eso ha sido muy feo.” Y se fueron. Pero lo que el niño no vio, es que cuando salieron del muelle, la tortuga grande dio un salto, y se fue a la-- a la barca que habían construido. El perro y la tortuga no lo habían visto, pero la ranita pequeña sí, y puso una cara de susto porque dijo: “Esta a mí no me quiere nada bien”. Entonces el niño siguió navegando, hacía como si fuera el capitán de un gran barco, el perro también ponía cara de estar contento, la tortuga estaba relajada, solo parecía que la rana grande, la situación no le gustaba mucho, y la ranita pequeña tenía cara de asustada. Así que en un descuido, como no se habían percatado de que ella estaba en la barca, volvió a dar una patata a la ranita y la echó de la barca, la tiró al agua. Claro esto, la tortuga sí que lo vio porque se había dado cuenta que la rana grande había llegado y puso cara de decepción, se asustó porque vio que la tortuga, la-- perdón, la rana pequeña se metió en el agua y no volvía a aparecer En cambio la rana grande parecía muy contenta. La tortuga fue corriendo a decírselo al niño: “¡Mira, mira! La rana grande ha tirado a la ranita pequeña”. La rana grande parecía satisfecha. Y el niño cuando se lo dijo pareció dece- decepcionado. Entonces el perro y el niño empezaron a chillar a la rana pequeña para ver si la encontraban: “¡Ranita! ¡Ranita!” y la tortuga puso cara de enfadada a la rana grande. Le dijo: “¡Esto que has hecho no está nada bien!” Entonces todos empezaron a buscar a la ranita: salieron de la barca, se metieron en el agua y todos empezaron a chillar: “¡Ranita! ¡Ranita! ¿Donde estás?” La tortuga buscaba dentro de un tronco, el perro buscaba dentro del agua, el niño levantaba también las plantas que flotaban y la rana grande se puso en un rincón y empezó a pensar: “Tal vez me he pasado.” Decepcionados y cansados, se volvieron hacia casa, pero sin la ranita pequeña porque no la habían encontrado. Así que el niño se fue muy triste llorando seguido de la rana y del perro, que estaban muy enfadados con su ex-amiga la rana, y la rana parecía, pues, darse cuenta de que lo que hizo no había estado nada bien, y se quedó_ retrasada – muy triste. Cuando llegaron a casa el niño se fue corriendo a su cama y se puso a llorar allí desconsolado. Su amigo el perro intentaba consolarle pero_ no tuvo mucho éxito. Y la tortuga se escondió en su caparazón y tampoco tenía ganas de hablar con la rana grande. La rana grande parecía que por fin se había dado cuenta de que no había obrado nada bien. Pero entonces oyeron algo por la ventana, y todos miraron a través de ella # y_ voilà, salió la ranita pequeña a través de la ventana y todos estuvieron muy contentos, incluso la rana grande, que pareció muy sorprendida. Entonces la ranita fue a parar encima de la cabeza de la rana grande que aunque esta vez no le gus- no-- perdón, que esta vez pareció no estar enfadada por ello. Todos estuvieron contentos y todos rieron. El niño exclamó: “¡Qué bien! ¡Ya has vuelto, ranita!” y finalmente, todos jugaron muy felices, como amigos, los cinco: el niño, el perro, la tortuga, la rana, y su nueva amiga la ranita pequeña.