Saber tomar apuntes es una de las habilidades más importantes
en la actividad académica cotidiana de un estudiante. En efecto,
hay una correlación entre la utilización correcta de esta técnica
y el grado de rendimiento académico.
El estudiante poco experimentado intenta copiar todo cuanto
oye o lee, sin discriminar entre lo realmente importante y lo
anecdótico; o bien, en el caso contrario, adopta una actitud
más pasiva, se limita a escuchar con más o menos atención y
se dice que entiende tan bien la clase que el día del examen
lo recordará todo sin dificultades.
Conviene considerar que, en una clase, además de los puntos
centrales de la exposición, se presentan datos secundarios,
anécdotas y aclaraciones. No se puede pretender, pues, que los
apuntes sean transcripciones fieles de toda la clase, pero tampoco
se puede cometer la ingenuidad de dejar de tomar unas notas
que serán imprescindibles para la preparación de los exámenes
y trabajos posteriores.
Tomar notas cada día en clase o en las conferencias presenta grandes ventajas. Además de ayudarte a recordar datos esenciales, te permite:
- Revisar las explicaciones y profundizar en el material
- Preparar mejor los exámenes
- Mantener una postura activa e interesada en tu proceso de aprendizaje
- Desarrollar la capacidad de abstracción y de síntesis
- Adquirir el hábito de escuchar y mantener la atención
- Entrenarte en la elaboración de esquemas y la organización de los contenidos
- Motivarte para no perderte ninguna clase
Además, saber tomar apuntes es una habilidad
fundamental en muchos ámbitos laborales y en la vida
cotidiana:
- Algunos profesionales, como
los intérpretes, necesitan desarrollar una buena técnica
para la toma de notas, sobre en el caso de la interpretación
consecutiva.
- En el ámbito laboral
y la vida diaria, es necesario tomar notas, por ejemplo, para
elaborar actas o informes tras una sesión de trabajo
o una reunión de la comunidad de vecinos.
1. Aprender a escuchar
Los apuntes son el resultado de una exposición oral; saber escuchar es, por tanto, una condición básica para poder tomar buenos apuntes.
¿Qué quiere decir "saber escuchar"? ¿Qué puedes hacer para mejorar tu capacidad de escuchar?
- Prepararte para escuchar antes de llegar a clase. Por ejemplo, puedes consultar la bibliografía recomendada sobre el tema. Esto te permitirá familiarizarte con términos técnicos o nombres propios que después citará el profesor, y te dará confianza en tu capacidad para asimilar el contenido del curso.
- Situarte en un asiento adecuado, con buena acústica y visibilidad, evitando los asientos alejados donde podrías distraerte fácilmente.
- Mantener una postura correcta, evitando una comodidad excesiva que te haría perder fácilmente la concentración.
- Fijarte en el profesor o conferenciante, intentando percibir los gestos y expresiones con los que destaca los aspectos más relevantes de su explicación. Ahora bien, no te distraigas analizando el aspecto físico, la indumentaria o el tono de voz del profesor, porque perderías rápidamente el hilo de la explicación.
- Evitar los comentarios y la conversación con tus compañeros, aunque sea para consultar algún aspecto de la explicación: distraerías al otro estudiante. Si esperas un poco, seguramente descubrirás tú mismo lo que querías saber o te darás cuenta de que no era tan importante. Si no es así, al final de la clase o aprovechando alguna pausa podrás preguntar a otros compañeros o al profesor.
- Conservar una actitud abierta y positiva, aun cuando tus puntos de vista difieran de los del conferenciante.
2. Utilizar el medio idóneo para escribir
Las hojas sueltas o las libretas de cualquier tipo no son muy recomendables. Para no "perder los papeles", te sugerimos algunas pautas:
- Utilizar blocs de notas con recambios; en caso contrario, tendrías que utilizar una sola libreta para varias asignaturas o bien una libreta para cada materia. Ambas alternativas presentan algunos inconvenientes: la primera, porque introduce un cierto desorden en los apuntes e implica una pérdida de tiempo, ya que exige pasarlos a limpio; la segunda, porque obliga a llevarse todas las libretas, una opción poco saludable que además puede hacer caer en la tentación de dejarse algún cuaderno en casa.
- Escribir en papel de tamaño A4 o similar. En ocasiones tendrás que copiar algún esquema o gráfico en clase y necesitarás disponer de suficiente espacio.
- Numerar las páginas, anotar la fecha y escribir en todas las hojas el nombre de la asignatura.
3. Saber qué anotar
- No intentes apuntarlo todo. Una buena parte de las clases son repeticiones, refuerzos y anécdotas que no merece la pena registrar. Además, el estudiante absorto en el hecho de tomar nota "de todo" puede perder el hilo de la exposición y acabar por no distinguir entre lo esencial y lo secundario.
- No te limites a anotar tan solo el esquema de la exposición. Cuando quieras estudiar los apuntes, sobre todo cuando haya pasado un tiempo, te resultará muy difícil recordar los datos que no anotaste en su momento.
- Procura apuntar las ideas importantes de la clase, la estructura de las ideas y las relaciones de dependencia entre las ideas. Para detectar estas ideas clave, es muy útil el guión que, a veces, escribe el profesor en la pizarra. En otros casos, estos conceptos se enuncian con frases como: "es muy importante...", "recuerden...", "merece la pena señalar que...", etc.
- Deja un espacio en blanco cuando se te escape un dato o idea. Deja también espacio suficiente para completar los apuntes con la bibliografía oportuna. Cambiar de hoja al cambiar de tema o escribir sólo por una cara pueden ser buenas tácticas para reservar el espacio necesario y completar después las notas de clase.
- Utiliza las abreviaciones. La exposición oral del profesor siempre es mas rápida que la toma de los apuntes por parte del estudiante. Aunque lo más recomendable es que adaptes el estilo de las abreviaciones a tus preferencias y a tu práctica personal, hay algunos que te pueden ser de utilidad.
- Da importancia a las enumeraciones. Expresiones y listas como "Las cinco causas de... son:..." te ayudarán mucho cuando estudies para un examen.
- Aprovecha los resúmenes y repeticiones que hace el profesor a lo largo de la clase para comparar y completar tus apuntes.
- Anota los títulos de los libros citados en clase como referencia: después podrás consultarlos para completar los apuntes.
4. Revisar los apuntes
- Cada día, deberías revisar las notas de clase para comprobar si son suficientemente claras y completas. No dejes pasar mucho tiempo; así todavía tendrás fresco el recuerdo de la clase.
- Completa los apuntes con la bibliografía recomendada. El estudiante universitario no debería conformarse sólo con los apuntes de clase, sino que debe confrontarlos con los textos de referencia de primera mano y completar las notas de clase con resúmenes y notas de lectura.
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