La descripción es un modo de organizar el discurso que sirve para respresentar la realidad a través del lenguaje. Se pueden describir todos los aspectos de la realidad, desde los más concretos a los más abstractos, es decir, se pueden representar lingüísticamente a personas, animales, objetos, paisajes, épocas, sentimientos, etc. Por medio de las secuencias descriptivas se proporcionan distintos tipos de datos (características de los elementos objeto de descripción, funcionalidad, partes, comportamientos, semejanzas, etc.)
Como todas las secuencias (modos de organizar el discurso), la descriptiva puede ser la dominante en un texto (informe médico, presentación de vinos, tratado de botánica) pero en muchos textos aparece combinada con otras secuencias, por ejemplo, la explicativa o la argumentativa. En el ámbito literario forma parte sustancial de los relatos: junto con la secuencia narrativa y la dialogal es parte esencial de la representación del mundo de ficción.
Se pueden distinguir dos clases de descripción, la objetiva y la subjetiva:
En una descripción objetiva el autor adopta una actitud imparcial frente al objeto descrito, y se limita a describir, con la mayor objetividad y precisión posibles, las características que mejor lo definen (no trata de suscitar ninguna emoción estética en el lector). Este tipo de descripción es característica de los textos académicos y científicos.
En una descripción subjetiva el autor refleja lo que le sugiere personalmente el objeto que describe, y en muchos casos los datos aparecen de manera desordenada. Contiene una gran carga subjetiva y su finalidad suele ser estética.
La opción por un tono más subjetivo o más objetivo, así como el grado de importancia que se otorgue a ordenar estrictamente la información dependen siempre de la situación de comunicación y del propósito del intercambio.
La descripción tiene una función relevante en el ámbito de las disciplinas científicas que se proponen dar cuenta de forma organizada y exhaustiva de las características del mundo natural y social. Por eso encontramos descripciones en la astronomía, la física, la geología, la química, la botánica, la geografía, la historia, la economía o la antropología. En definitiva, toda ciencia tiene su dimensión descriptiva junto a su dimensión explicativa. El texto académico no es una excepción, ya que tampoco puede dar lugar a equívocos, debe ser preciso y huir de toda ambigüedad. Por lo tanto, quedan alejados del estilo académico los dobles sentidos y todos los elementos que permiten múltiples lecturas, ya que dificultan la comprensión de contenidos. También cabe destacar que la objetividad es imprescindible. El texto académico proporciona información que no depende de los sentimientos y emociones del investigador, sino que deriva de los datos de la realidad, o por lo menos ésta es la impresión que conviene transmitir.
Estructura de los textos descriptivos
Mientras que una descripción no científica puede incluir desordenadamente datos muy subjetivos (por ejemplo, la descripción de la persona amada en una conversación informal), en un texto académico, en cambio, las descripciones sólo admiten datos objetivos y comprobados. Además, en un texto científico, el orden es esencial y debe emplearse necesariamente un estilo objetivo, claro y conciso.
Podemos considerar tres procedimientos ordenados:
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Establecimiento del tema: es la presentación del objeto como un todo. Éste se puede establecer desde el inicio o bien después de enumerar características.
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Caracterización: se distinguen las cualidades, las propiedades y las partes del objeto de la descripción.
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Relación con el mundo exterior: se establece una relación tanto en lo que se refiere al espacio y el tiempo como a las múltiples asociaciones que se pueden activar con otros mundos y otros objetos análogos (comparación, metonimia, metáfora).
Observa el siguiente ejemplo (Fragmento extraído de DAWKINS, R. (1988) El gen egoísta. Barcelona: Salvat, pp. 18-19).
Establecimiento
del tema |
La estructura de las moléculas
[...] En los organismos vivientes modernos existen otras grandes moléculas que son altamente complejas, y su complejidad se evidencia en varios niveles. |
Caracterización |
La hemoglobina de nuestra sangre es una típica molécula de proteína. Está formada por cadenas de moléculas más pequeñas, aminoácidos, y cada una de ellas contiene unas cuantas docenas de átomos dispuestos de acuerdo con un modelo preciso. En la molécula de hemoglobina hay 574 moléculas de aminoácidos. Éstas están dispuestas en cuatro cadenas, que se enrrollan unas con otras para formar una estructura globular tridimensional de sorprendente complejidad.
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Relación del tema con el mundo exterior |
Un modelo de una molécula de hemoglobina se parece más bien a un denso arbusto espinoso. Pero, a diferencia del arbusto espinoso real, no es un patrón aproximado y sujeto al azar sino una estructura definitiva e invariable, repetida idénticamente, sin una ramita o torsión que quede fuera de lugar, más de seis mil millones de veces en un cuerpo humano normal. La forma precisa de un arbusto espinoso que toma una molécula de proteína, tal como la hemoglobina, es estable en el sentido de que dos cadenas consistentes en la misma secuencia de aminoácidos tenderán a permanecer en reposo exactamente en el mismo formato enrollado y tridimensional. |
¿Cómo se hace?
A. Idear (explorar la situación)
Tal y como hemos afirmado anteriormente, a través de la descripción, y en consecuencia, a través del lenguaje, podemos representar la realidad que nos rodea.
El primer paso que debemos llevar a cabo al realizar una descripción es buscar todos aquellos datos que nos sean útiles para crear este tipo de secuencia discursiva. Así pues, necesitaremos buscar información en dos sentidos.
En primer lugar, debemos analizar todas las características de la situación comunicativa. Toda descripción está condicionada por el contexto en que aparece la comunicación: la relación entre los interlocutores, el contrato comunicativo que se establece, el conocimiento compartido que se presupone. El propósito que se pretende -ya sea persuadir, convencer, criticar, informar, burlarse o conmover- orienta la descripción, cuya función puede ser predominantemente informativa o bien expresiva, argumentativa o directiva. Todo ello forma parte de la configuración pragmática.
En segundo lugar, trataremos de encontrar información sobre el contenido de la descripción. Éste responde a preguntas explícitas o implícitas, del tipo: ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿qué partes tiene?, ¿para qué sirve?, ¿qué hace?, ¿cómo se comporta?, ¿a qué se parece? Para ello, aplicaremos técnicas para recuperar la información que tenemos en nuestra memoria y técnicas de documentación para ampliar nustros conocimientos del tema. Esta búsqueda de información será más o menos exhaustiva dependiendo del grado de especialización del texto que deseemos crear.
B. Ordenar (esquema estructural)
El segundo paso que debemos llevar a cabo es la ordenación de las informaciones que hemos obtenido. La estructura de los textos descriptivos puede variar, ya que se pueden establecer distintos grados de compeljidad.
Ver Estructura de los textos descriptivos.
C. Textualizar (redacción del texto)
Una vez cubiertas las etapas anteriores, se emprenderá la redacción del texto descriptivo, teniendo en cuenta la siguientes técnicas descriptivas:
- Emplear sintagmas nominales ampliamente adjetivados. De la selección de las palabras adecuadas depende el éxito del texto descriptivo: nombres y adjetivos valorativos, precisos y sugerentes para representar con viveza una escena o para dar cuenta de la impresión producida por ella, terminología específica en el caso de la ciencia y de la técnica. Es importante recordar que cada disciplina científica cuenta con una terminología o un lenguaje especializado y es importante utilizar los terminos percisos para huir de la ambigüedad del lenguaje estándar.
Ej: El viento sur, caliente y perezoso...
El rumor estridente de los remolinos de polvo...
El monótono y familiar zumbido de la campana del coro.
- Usar palabras que describen impresiones sensoriales.
Ej: El viento sur, caliente y perezoso... (tacto)
En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo... (oído)
Las nubes que se rasgaban al correr hacia el norte. (vista)
En lo alto de la esbelta torre de la Santa Basílica. (vista)
- Utilizar verbos en presente o imperfecto de indicativo. Ello permite llevar a cabo aseveraciones de carácter general, que resultan propias de las descripciones académicas.
Ej: La heroica ciudad dormía la siesta.
Aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de nuevo...
Los coraliarios son parientes cercanos de las medusas y las actinias y forman...
- Introducir enumeraciones de los distintos componentes del objeto descrito, colocados uno a continuación del otro (no aparecen conectores de carácter causal, consecutivo, condicional, etc.).
Ej: Las células se organizan en tejidos, órganos, aparatos y sistemas para realizar sus funciones.
Ej: Un modelo de una molécula de hemoglobina se parece más bien a un denso arbusto espinoso.
- Emplear terminología específica.
Ej: Las válvulas están constituidas por unas membranas (dos la bicúspide y tres la tricúspide) insertas en las paredes del corazón.
- Utilizar recursos expresivos.
- Comparaciones:
Ej: Cual turba de pilluelos, aquellas migajas se juntaban en un montón...
Parábanse como dormidas...
-Metonimias:
Ej: La heroica ciudad dormía la siesta (el todo por la parte; los que duermen la siesta son algunos de sus moradores).
-Personificaciones:
Ej: Los cristales temblorosos de los faroles.
-Aliteraciones:
Ej: Más ruido que el rumor estridente de los remolinos. (aliteración de /r/ para indicar el sonido del viento).
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