a) Fragmentos que unen los dos puntos
Este signo de puntuación
une fragmentos que presentan también una relación de proximidad; pero, a diferencia
del punto y coma, subordinan el segundo al primero: dan al segundo un marcado
carácter consecutivo, adversativo o causal respecto al primero.
En
1993 formulé mi teoría: a medida que la órbita de Neptuno se expandía lentamente,
las que resonaban con ella se dilataron también, hasta el punto de que alcanzaron
Plutón (si suponemos que la órbita de éste era inicialmente casi circular y de
baja inclinación y caía más allá de Neptuno).
RENU MALHOTRA, "Migración planetaria",
Investigación y ciencia, noviembre 1999.
En
este fragmento, el segmento que se desarrolla después de los dos puntos es una
explicación de un elemento anunciado antes de este signo: mi teoría. El
emisor, tras los dos puntos, expone cuáles son los fundamentos de su modelo teórico.
Cabe destacar que los dos puntos, por sí solos, ya pueden indicar una relación
de causa, explicación, resumen, etc. De modo que no precisan de la ayuda de los
conectores para guiar la interpretación del lector.
b) Fragmentos
que introducen los dos puntos
Este signo se utiliza para introducir
enumeraciones, ejemplos, ilustraciones, detrás de expresiones como "por ejemplo",
"(que son) los siguientes", explícitas o implícitas:
Existen
diversas razones de ausencia tangible del padre: la muerte, la deserción del hogar,
la paternidad ilegítima, la separación o el divorcio.
LUIS ROJAS MARCOS [1994], La pareja rota. Familia,
crisis y superación, Madrid, Espasa Calpe, 1999
Volvamos
al ejemplo: a) Ana es de Teruel y, por tanto, habladora.
JOSÉ PORTOLÉS [1998], Los marcadores del discurso,
Barcelona, Ariel.
c) Introducción de una cita
textual
Veamos un ejemplo:
En efecto, Hegel escribe: «Se manifiesta así el hecho de que en medio de una plétora de riqueza, la sociedad civil no es suficientemente rica, es decir, no posee en su propio y peculiar patrimonio los medios necesarios para poder hacer frente al exceso de pobreza y a la creación de miseria.»
ELÍAS DÍAZ [1998], Estado de derecho y
sociedad democrática, Madrid, Taurus.
d)
Saludo en las cartas
Este signo, a diferencia del catalán, se utiliza
tras la fórmula de saludo en las cartas. El enunciado que sigue a los dos puntos
empieza con mayúscula y se escribe en una línea aparte:
Querida mamá:
Sólo te escribo para decirte que estoy muy bien y que todo me va genial.
Errores más frecuentes
a) Omisión de los dos puntos
Este signo señala un vínculo de carácter
lógico (causa, consecuencia, explicación o resumen) entre proposiciones que no
se relacionan con los nexos conjuntivos correspondientes. Por lo tanto, son necesarios
en la siguientes oraciones:
*[...] tampoco habría que mitificar populistamente a las masas éstas pueden ser, de hecho, instrumentalizadas para objetivos nada progresivos ni democráticos.
[...] tampoco habría que mitificar populistamente a las masas: éstas pueden ser, de hecho, instrumentalizadas para objetivos nada progresivos ni democráticos.
ELÍAS DÍAZ [1998], Estado de
derecho y sociedad democrática, Madrid, Taurus.
*Varios
vecinos monopolizaron la reunión con problemas particulares no llegaron a ponerse
de acuerdo.
Varios vecinos monopolizaron la reunión con problemas particulares:
no llegaron a ponerse de acuerdo.
Ejemplo
de la RAE, 1999
b) Uso doble de los dos
puntos
No es recomendable usar dos veces los dos puntos en una misma
frase sin que haya una pausa fuerte en medio (una coma o un punto y coma).
*Básicamente hay dos
causas: el desánimo de la población y la actual situación económica: inflación,
deuda externa, devaluación de la moneda....
Básicamente hay dos causas: el
desánimo de la población y la actual situación económica (inflación, deuda externa,
devaluación de la moneda....).
Ejercicios
1. Coloca los dos puntos en los textos siguientes de manera que introduzcan
las enumeraciones, las citas y las explicaciones que contienen:
a) Boris Villeneuve había consultado su reloj muy pronto sería hora de reunirse
con su equipo.
b) Tres quesos de país una variedad de la Mancha, adobado en
aceite, un gran trozo de Cabrales asturiano; un queso vasco de Idiazábal, ligeramente
ahumado.
JORGE SEMPRÚN, La Algarabia. Edit.
Plaza Janés
c) El verdugo quita la funda de algodón a otra daga
y dice «Seguramente piensas en aquel cuento en que un criado recibió el encargo
de abandonar a un niño, pero no llegó a hacerlo, sino que prefirió dejar al niño
con un zapatero como aprendiz. Esto es un cuento, pero lo nuestro no es un cuento».
FRANZ KAFKA, Diarios (1914-1923). Edit. Lumen
d) Al fondo estaba el pueblo, amontonado, entre el puerto más abajo y la
roca arriba; y también allí, entre los tejados, un continuo despuntar de copas
de árboles acebos, plátanos, incluso robles, una vegetación más despegada y altiva
que se desahogaba con un ordenado desahogo en la zona donde los nobles
habían construido las villas y ordenado con verjas sus parques.
e) En
primavera el mundo sobre los árboles era un mundo nupcial las ardillas se amaban
con movimientos y chillidos casi humanos, los pájaros se acoplaban batiendo las
alas, hasta las lagartijas corrían unidas, con las colas apretadas en un nudo,
y los puercoespines parecían haberse vuelto blandos para hacer más dulces sus
abrazos. El perro Óptimo Máximo [...] a veces regresaba maltrecho por los mordiscos;
pero bastaba un amor afortunado para compensarlo de todas sus derrotas.
ITALO CALVINO, El Barón Rampante. Edit. Bruguera
2. Sitúa convenientemente los dos puntos y el punto en los fragmentos
siguientes:
a) La Desi sonrió Llevaba unos días viviendo fuera de
la realidad Apenas ayudaba a la Marce por las mañanas en el barrido y, después
de las comidas, a despachar la fregadera El resto del día era suyo y si no lo
destinaba a charlar con la Marce sobre el porvenir, salía de paseo con el picaza,
o proyectaba su ajuar A veces bajaba sola a su piso y desplegaba sobre el catre
sus tesoros dos mudas, dos toallas, tres sábanas y la colcha azul
b)Lo
contemplaba extasiada, confrontaba la calidad de los tejidos con los dedos y por
último se decía con íntima satisfacción «Bien mirado no hay ni una sola cosa fea»
MIGUEL DELIBES, La hoja roja. Edit. Destino
a) Pero lo que más llamaba la atención era el corte de pelo brutal
e ignominioso que lucía su cabeza nuca y patillas peladas deplorablemente evocaban
cierto oscuro régimen disciplinario La expresión de su rostro, mientras contemplaba
de nuevo el cuadro de Encarna, mostraba una calma desdeñosa y remota algo de una
impaciencia consumida, aniquilada, flotaba ahora en torno a su cabeza y hombros
ligeramente rendidos.
JUAN MARSÉ, Últimas tardes
con Teresa. Edit. C. Lectores
b) Clara sacó la pizarrita
del bolsillo de su delantal y escribió la interpretación del sueño de Honorio
tendrás mucho dinero, te durará poco, lo ganarás sin esfuerzo, juega al diecinueve
Honorio no sabía leer, pero Nieva le leyó el mensaje entre burlas y risas El jardinero
hizo lo que le decían y se ganó ochenta pesos en una timba clandestina que había
detrás de un bodega de carbón.
ISABEL ALLENDE,
La casa de los espíritus. Edit. Plaza Janés