• Usos más frecuentes


Este signo marca cláusulas que expresan admiración, queja o sorpresa. Hay que tener en cuenta que el uso del signo de exclamación puede resultar bastante complejo como en el caso de:

a) Varias exclamaciones

Si son breves, se pueden separar con coma, punto y coma, dos puntos, y empiezan con minúscula (excepto el fragmento inicial, si empieza párrafo o sigue un signo de puntuación que ejerza la función de punto).

No quería hurgar más en su miedo y en su vergüenza: ¡basta!, ¡era suficiente!

b) Los puntos suspensivos y el signo de exclamación

Los puntos preceden al signo de exclamación si la oración queda interrumpida y, en cambio, el signo de exclamación precede a los tres puntos si la oración tiene significado completo en tono exclamativo:

¡Vete a ...!

¡Está enamorado!... ¡Andrés está enamorado!


c) El signo de exclamación y los paréntesis

El signo de exclamación puede ir después de los paréntesis y los guiones: depende de si cierra o no la frase incidental.

Se sintió frustrado (¡ojalá hubiera habido un drama!).

¡Qué tonta es María (la madre)!


Errores más frecuentes


a) Punto dentro de una frase exclamativa

No se puede incluir un punto en una misma frase exclamativa.

*¡Eh, chico. Qué te has creído! ¡Eh, chico! ¡Qué te has creído!

b) Punto detrás del signo de interrogación

No se escribe nunca detrás del signo de exclamación, ya que al final de la oración tiene valor de punto y final:

*¡Me ha gustado mucho la película Amélie!.
¡Me ha gustado mucho la película Amélie!

Ejercicios

1. Coloca los signos de interrogación y los de exclamación según convenga.


1. —Vivo en en una pensión.

2. Se me olvidó contarle que cuando venía de visitarla a usted el mes pasado me encontré en el tren con Isabel, la hija de Teodoro, el del bar se acuerda usted de ella, aquella rubiona que se habló con mi hermano cuando era chicos

3. El Desiré es un club muy decente, no se haga ideas raras, eh, es muy decente.

4. Tenía esa gravedad, ese orgullo de clase, comprendes, algo que ni tú ni yo podremos tener nunca.

5. «Y Lucas, se ha ido», añadió mirando a Teresa.

6. Chisst, hizo Teresa con el dedo en los labios, y sonreía, gemía, balbuceaba una especie de telegrama con miedo y alborozo.

7. Recibí tu carta. Estás contenta de verme, sólo pudo decir.

JUAN MARSÉ, Últimas tardes con Teresa. Edit. Círculo de lectores


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LA PUNTUACIÓN
EL SIGNO DE EXLAMACIÓN