1. Compartir sin respuesta: lee el texto a tu compañero
o compañera.
2. Algunas preguntas: ¿Qué es lo que
no acaba de ser dicho en el texto? ¿Sobre qué
te gustaría seguir escuchando? Estas dos preguntas
son útiles cuando todavía necesitas desarrollar
o enriquecer tu texto.
3. Voz: hazle algunas preguntas sobre el estilo,
la modalidad y el grado de subjetividad. ¿Hasta qué
punto escuchas mi voz en el escrito? ¿El lenguaje
es vivo y humano? ¿Qué tipo de voz escuchas?
tímida, confiada, sarcástica, etc.? ¿Hay
otras voces en el texto?
4. Películas en la mente del lector: para
acceder a la mente del lector puede ser útil la narrativización
-oralización simultánea o retroactiva- de los procesos de
lectura y comprensión de tu compañero o compañera.
Pregúntale qué le pasa por la cabeza mientras
lee tu texto.
5. Descripciones metafóricas: pídele
que, utilizando metáforas, te describa sus sensaciones
como si fueran ropa (una prenda, un tipo de tela), el tiempo
(lluvia, niebla, sol), un animal, un color, una forma, etc.
Aparte de aportar puntos de vista creativos, este tipo de
preguntas son útiles para que las respuestas de tu
compañero o compañera sean más concretas.
Elaborado a partir de Elbow y Belanoff (1989:9-11)