- Ejemplo comentado: ENCARGO 2
ENCARGO
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el ENCARGO 1 (Abstract)
Al analizar el contexto comunicativo,
se deduce que:
- Los destinatarios del nuevo texto son
los lectores de la revista Vida sana, es decir,
un público general, no especialista en la materia,
que desea recibir información y consejos para
mantener o mejorar su salud.
- Su función es informar de manera
comprensible a los lectores y facilitarles recomendaciones
sobre el tema.
- En cuanto a la selección de
la información, además de tener en cuenta
las pautas generales (evitar incluir datos concretos,
cifras, porcentajes, etc.), el hecho de que este resumen
se dirija a lectores no especialistas puede obligarnos
a añadir algunas aclaraciones sobre aspectos
que pueden desconocer, como, por ejemplo, la definición
de menopausia o de osteoporosis.
Teniendo esto en cuenta, hemos señalado
las ideas principales del texto, intentando descubrir
al mismo tiempo la estructura o "plan" del escrito,
que nos va a orientar hacia su mensaje o significado esencial.
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La
menopausia es
la ausencia total de menstruación debido a la caída
abrupta de estrógenos, secundaria a la progresiva y
total desaparición de los folículos en el ovario.
Suele presentarse alrededor de los 50 años,
después de la perimenopausia, que puede durar meses
o años y se caracteriza por las alteraciones del ciclo
menstrual.
La disminución de estrógenos se manifiesta
en diferentes y múltiples sistemas en la mujer.
El sistema en el que más manifestaciones subjetivas
se presentan es el vascular, con la aparición
de síntomas vasomotores consistentes en la presencia
de sofocaciones y signos de enrojecimiento en cara y cuello,
y sudoración abundante, especialmente durante la
noche, lo cual impide dormir profunda y relajadamente. En
efecto, la principal causa de consulta en la clínica
de menopausia del Hospital Universitario del Valle son las
sofocaciones y la sudoración, que constituyen alrededor
del 42% del total de consultas. En la literatura mundial se
recoge que entre un 65% y un 70% de las pacientes, cuando
entran en la menopausia, presentan sofocaciones, pero sólo
un 15% presenta síntomas severos que obligan a consultar
por esa exclusiva razón, lo que refuerza la importancia
de que el médico esté bien informado y eduque
a la paciente con relación a los signos y consecuencias
que ella no puede detectar.
El hipoestrogenismo también afecta los sistemas
cardiovascular y óseo. Los efectos sobre estos
sistemas son lo que más han estimulado el estudio del
problema, debido a su incidencia en la morbimortalidad de
la mujer menopáusica y a los altos costos que genera.
En la piel, los niveles bajos de estrógenos
tienen efecto en la pérdida de elasticidad,
con tendencia a la aparición de arrugas y sequedad.
La irritación de las mucosas vesical y vaginal
produce síntomas urinarios como nicturia, polaquiuria
y dispareunia. La disminución de la libido, la
dispareunia y el insomnio, a su vez, son causa de trastornos
psicológicos y de comportamiento, como depresión,
angustia, irritabilidad, y pérdida de la autoestima,
que no son causados de manera directa por la deficiencia estrogénica.
Aunque no se sabe con exactitud cuál es la causa última
de la producción de las sofocaciones u otros síntomas,
lo que sí está claro es que los estrógenos
participan de una manera determinada. También son una
terapia de comprobada eficacia. La participación
final de neurotransmisores del tipo adrenalina y noradrenalina
a nivel central en el centro térmico en la región
supraóptica y periférica en el endotelio vascular,
explica el por qué un fármaco que module a nivel
central la producción de estos compuestos sea útil
para mejorar los síntomas (v. gr. Veralipride, clonidina,
naloxona). La deficiencia estrógenica tiene una importante
incidencia sobre los niveles plasmáticos de los lípidos
y consecuentemente una estrecha relación con la enfermedad
ateromatosa vascular. Los estrógenos aumentan los lípidos
de alta densidad o protectores 9(HDL), y especialmente la
variedad HDL2, por acción de una lipasa hepática
y conversión a partir de lípidos precursores.
También inducen aumento de triglicéridos. Contrariamente,
disminuyen los lípidos de baja densidad (LDL) y la
apoproteína B y la lipoproteína (a). Los efectos
anteriores sobre los lípidos circulantes se manifiestan
como un efecto protector sobre la incidencia de enfermedad
cardiovascular (ECV) incluyendo el infarto de miocardio
y el accidente cerebrovascular (ACV).
En la terapia de reemplazo estrógenico (TRE),
el tipo de compuesto y la vía de administración
se refleja en la intensidad de los efectos en el perfil lipídico.
Los compuestos orales tipo estrógenos conjugados tienen
una mayor intensidad. Además, independientemente de
su acción sobre los lípidos, los estrógenos
tienen efectos sobre el endotelio vascular. La liberación
de óxido nítrico, una de las sustancias relajantes
vasculares más potentes, es estimulada por la hormona.
A través de este mecanismo se postula la benéfica
incidencia sobre la presión arterial y las arterias
coronarias, al incrementar el flujo sanguíneo a
nivel cardíaco muscular. También actúa
a nivel cerebral, donde hay receptores para estrógenos
además de los existentes en la piel, hígado
y hueso.
El efecto de los estrógenos en el hueso y en la
incidencia de osteoporosis y fracturas, se ha puesto de
manifiesto por algunas consideraciones epidemiológicas.
En los Estados Unidos, de 40 millones de mujeres mayores de
50 años de edad, 20 millones sufren osteoporosis y
1,3 millones presenta fracturas, 500.000 de vértebras
y 250.000 de cadera. La mortalidad por ésta última
es de 10-15 por ciento. El 15% de las mujeres blancas sufrirán
fracturas (cadera, muñeca), y el 50% requerirán
incapacidad, generando un costo cercano a los seis millones
de dólares. Estudios de varios autores han demostrado
que el contenido de mineral óseo disminuye con el
avance de la edad y está relacionado con la disminución
de los niveles de estrógeno por debajo de los 160
mg/mL. No se conoce la magnitud exacta, pero el tiempo
transcurrido desde la menopausia incide en la pérdida
ósea, por falta de estrógeno, más
que por el avance mismo de la edad.
El momento de iniciación de la terapia de reemplazo
estrógenico (TRE) con relación al momento
de la llegada de la menopausia es importante. Cuanto más
cerca del evento se inicie la terapia, mayor será la
prevención de la pérdida ósea. Hasta
los cinco años después del inicio de la menopausia
se logra recuperar hasta el 50% del material perdido. Después
se mantiene el nivel de masa ósea existente, pero no
hay recuperación de la perdida.
El efecto de los estrógenos sobre el aspecto psicológico
de la paciente menopáusica también resulta
favorable, ya que se mejora la libido y la dispareunia.
También cuando se alivian síntomas como
nicturia y las sofocaciones, y por lo tanto el insomnio. Sin
embargo, los estudios controlados prospectivos no han podido
determinar que la deficiencia estrogénica tenga un
efecto directo sobre los trastornos de tipo psicológico
en la mujer postmenopáusica.
La falta de confianza hacia la TRE por parte del paciente
y del médico mismo se debe, sobre todo, a la amenaza
de carcinoma de endometrio y de seno. El carcinoma de
endometrio aumenta hasta 10 veces más en las pacientes
que reciben terapia estrogénica. Sin embargo, la mortalidad
derivada de esta causa entre usuarias y no usuarias de estrogénos
es similar. Además, el uso de progesterona concomitante
anula los efectos de los estrógenos y el riesgo relativo
desciende a 0,4%. Es, por lo tanto, una conducta médica
imprescindible el prescribir progestágenos a las pacientes
que van a recibir TRE.
En este campo no se ha dicho todavía la última
palabra y aún es necesario, como todo en terapia
médica, colocar los beneficios frente a los efectos
secundarios, lo mismo que tratar a cada paciente de forma
individualizada.
Revista
Colombiana de Menopausia. Vol. 2, n.º 1, enero-abril
1996
http://www.encolombia.com/MENO_DEFINICION_MENO2-1.HTM
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