Todo estudiante se enfrenta alguna vez a la realización de algún
trabajo académico, monografía o trabajo de investigación.
Muchos profesores prefieren evaluar a sus alumnos a través de un trabajo,
y una buena parte de los planes de estudio prevén la realización
de un trabajo de fin de carrera donde el estudiante aplique el conjunto de los
conocimientos adquiridos a través de su periodo de formación en
la universidad. Las pautas y características que comentaremos aquí
también se pueden aplicar a las tesis doctorales, aunque su alcance y extensión
serán, por supuesto, mucho más amplios. Se trata, pues, de una práctica
fundamental en la vida académica. Este tipo de escrito presenta unas
características particulares: - extensión: los trabajos
parciales suelen tener una extensión de entre 10 y 40 páginas; los
trabajos de investigación de fin de carrera o "tesinas" de doctorado
suelen tener unas 100 (a veces más); las tesis doctorales, evidentemente,
son mucho más extensas.
- originalidad: un trabajo académico
debe ser el resultado de una investigación personal sobre un tema determinado;
por consiguiente:
- no puedes basarte sólo en tus conocimientos;
también debes documentarte consultando diversas fuentes: libros, periódicos,
revistas especializadas, etc.
- no puedes limitarte a copiar otros libros
o trabajos; las fuentes son sólo la base necesaria para construir una reflexión
o llegar a una conclusión personal.
- debes citar las fuentes que
has utilizado en tu investigación, y no presentar como propias las ideas
ajenas.
- claridad en la expresión y utilización
del léxico propio de la especialidad.
"A. El trabajo debe estar centrado en el tema propuesto
y abordar sus aspectos más importantes (o, al menos, justificar de forma satisfactoria
por qué algunos de estos aspectos se dejan de lado). Esto
supone demostrar: - conocimiento y comprensión
del tema en cuestión; - capacidad para orientar el trabajo
hacia un objetivo concreto; - habilidad para establecer
conexiones entre la teoría y los ejemplos o casos concretos.
B. Utilización de fuentes secundarias y primarias. Los trabajos deben ser
el resultado de la consulta de fuentes secundarias (obras de otros autores) o
primarias (datos electorales, estadísticos, discursos, leyes, etcétera). Se
debe ser capaz de: - leer con espíritu crítico, de
forma que no se acepte algo como incuestionable sólo por el hecho de haber sido
publicado. Nunca hay un único criterio ni un único factor explicativo a la hora
de analizar un fenómeno complejo; - entender el contenido de lo que se está
leyendo y cómo se relaciona con el resto del material consultado para el desarrollo
del trabajo; - encontrar, utilizar e interpretar datos que sirvan como punto
de apoyo de los argumentos y afirmaciones que se realicen a lo largo del trabajo.
C. El trabajo debe contener una argumentación
razonada. Las diferentes fuentes primarias y secundarias que se utilizan para
elaborar un trabajo no tienen demasiado valor por sí solas. Lo adquieren al ser
utilizadas para desarrollar un argumento, un punto de vista, o para describir
un tema a partir de una estructura sistemática. No se trata de asumir posiciones
o defender una opinión personal, sino de analizar de forma sistemática los diferentes
aspectos de una cuestión. Los conceptos utilizados deben estar definidos y las
afirmaciones que se realicen deben estar apoyadas en datos relevantes. Como se
ha mencionado anteriormente, un trabajo académico puede plantearse diferentes
objetivos, que se deberán mencionar en la introducción. En parte, lo que se espera
de un trabajo y la evaluación dependen del grado en que se haya conseguido de
manera satisfactoria el objetivo que el autor del trabajo se marca al comienzo
del mismo." Anduiza Perea, Eva; Méndez
Lago, Mónica. Guía práctica 1: elaboración de trabajos.
Universidad de Murcia. Área de ciencia política y de la administración
(s.f.) |
Un trabajo académico presenta el resultado de una investigación;
por consiguiente, demuestra la capacidad de investigar, reflexionar en profundidad
sobre un tema, estructurarlo, presentarlo y demostrar interés por la materia
de estudio. También es un ejercicio previo al trabajo científico
real y potencialmente publicable; en este sentido, su función, como en
toda publicación científica, es informar sobre una determinada materia.
Los tipos y formas de los trabajos académicos son variados, ya
que cada disciplina emplea métodos particulares; por ejemplo, un trabajo relacionado
con lo jurídico diferirá en su tratamiento de un trabajo de ingeniería.
En general, se pueden diferenciar tres tipos: - Monografía
de compilación, o "estado de la cuestión": el alumno, después
de elegir el tema, analiza y redacta una presentación crítica de la bibliografía
que hay al respecto. Es importante tener buen nivel de comprensión y "ojo crítico"
para referirse a los diferentes puntos de vista y expo-ner la opinión personal
tras una revisión exhaustiva.
- Monografía de investigación: se
aborda un tema nuevo o poco explorado y se realiza la investigación original;
para ello hay que conocer lo ya se ha dicho y aportar algo novedoso.
-
Monografía de análisis de experiencias: es frecuente en las carreras que
implican una práctica, por ejemplo, en Medicina durante la época de residencia,
o bien en el ejercicio profesional. Se analizan experiencias, se extraen conclusiones,
se comparan con otras semejantes, etc.
Cualquiera que sea el caso,
el proceso de elaboración de un trabajo académico incluye varias
etapas: La planificación
- La elección del tema
- La
búsqueda del material
- Delimitación
del tema
- La tesis
- Elaboración
del índice
- Lectura y recopilación
de materiales
- Organización
de la información
- Revisión
de la tesis
La textualización
- Revisión final del
trabajo
Aspectos formales
- Disposición del texto
- Configurar la página
- Esquema
formal del trabajo
- Los índices
- La
bibliografía final
- Las referencias
a las fuentes
- Las citas textuales
- Las
notas a pie de página
- Figuras, tablas
y fórmulas
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